Partir y repartir
Los quesos tienen distintas formas
y tamaños: pequeños y de forma cilíndrica, planos y redondos como una tarta, del
tamaño de un escudo, con forma de rollo, bloque, barra, rectangulares, cuadrados
y con la envergadura de una rueda de coche. Con la técnica de corte adecuada no
sólo pueden evitarse desperdicios innecesarios, sino que además los trozos de queso
partidos resultan más apetecibles. Y como es bien sabido, la comida entra por la
vista.
Las esquinas de queso fundido se parten
junto con el rollo de plástico de cocina, sin cortar la parte de abajo. Los quesos
de pasta blanda redondos y cuadrado se cortan
en trozos pequeños como si fueran una tarta. Los quesos enmohecidos también se cortan
en forma de trozos de pastel, mientras que los cilíndricos altos se cortan antes
y en dos mitades. Los quesos pequeños y planos también se cortan en dos mitades.
Los quesos son forma de barra, rollo y bloques largos y estrechos se parten en gruesas
lonchas individuales. Los quesos con forma de bola se cortan en forma de cuartos;
los que son muy grandes se parten primero por la mitad, después se corta un trozo
hexagonal de la mitad y a partir de éste, lonchas gruesas. Los quesos de pasta dura
grandes se cortan en cuartos, que finalmente se parten en lonchas gruesas. El queso
con forma de bloque se corta preferiblemente en trozos, un queso cuadrado a dados.
Texto extraído de: Brigitte Engelmann y Peter Holler. Manual del Gourmet del Queso. Ed. H.F.
Ullmann
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